15 de abril de 2010

Palabras prestadas


Para aquel que ha visto la película El secreto de tus ojos, conocerá el contexto de este diálogo. Para aquel que aún no ha tenido la oportunidad de disfrutar la película puede ser más flexible y quizá llegar a verlo como me topó, en el impacto de lo general, en la incidencia en lo cotidiano... No piense más, hermano; No piense más, muchacho; No pienses más, chicuela; No pienses más, ninguno...

"No piense más, no piense más. ¡Qué importa! Mi mujer está muerta, su amigo está muerto, Gómez también está muerto, están todos muertos. No le dé más vueltas, va a empezar con que si hubiera estado, si no hubiera estado. Va a tener mil pasados y ningún futuro. No piense más, hágame caso. Se va a quedar solo con recuerdos." En El secreto de tus ojos.

9 de abril de 2010

Del taller escritura y duelo...

Leyendo correos viejos me topé con el párrafo de presentación que hice para inscribirme en el taller de escritura. A continuación lo recuerdo:

"La escritura ha sido fundamental en mis procesos de autoconocimiento y exploración creativa. He creado un personaje de mi, que escribe: el eremita. Hace algunos años, cuando mi familia se fue del país y yo me quedé estudiando mi carrera, la escritura se constituyó en una forma de comprenderme, de mirarme desde afuera y de reorganizar mi soledad y las relaciones con los demás, incluyendo mi familia. Creo que en ese momento, fue necesario dejar atrás mi adolescencia, asumir esa pérdida y rediseñar un proyecto de vida con autonomía. Considero, firmemente, que las pérdidas y duelos no hacen referencia exclusiva a las muertes de personas, también lo hacen a la ciudades que dejamos atrás, las personas con las que no nos vemos más, los momentos de nuestra vida que van pasando a ser parte de nuestra historia. Como mi vida continúa, el juego de las ausencias y presencias lo hace también, y me gustaría redescubrir la escritura a través del taller, orientada a la construcción del símbolo. Ahí, donde antes hubo algo o alguien, donde ahora hay ausencia, puede emerger la escritura, como construcción simbólica que ayude a vivir, incluso que ayude en algunas ocasiones, como ocurre en el ejercicio de mi profesión, a sanar."