22 de diciembre de 2009

Diario de un viajero - Miami/09 - Día 1

De cómo algunas cosas han cambiado...
Llegué el día de ayer de manera muy puntual, incluso antes de lo que la aerolínea había anunciado. Los procesos de inmigración y aduana fueron bastante sencillos, no pusieron ningún inconveniente a mi ingreso al país. Cuando salí, busqué rápidamente el rostro de mi madre y mi hermana, esperaba que estuvieran ahí, pero no, aún no llegaban, por primera vez en mis viajes a este país nadie me recibió al salir. Era un síntoma de lo que ha sido las nuevas configuraciones familiares, los nuevos movimientos. Esperé alrededor de cuarenta y cinco minutos para que ellas llegaran y pudiera darles el anhelado abrazo de consuelo.
Tomamos el bus para regresar a casa. La J primero que nos trajo hasta Miami Beach y luego la nueva T que nos llevó hasta Sunny Isles. Llegué totalmente hambriento y somnoliento, mi madre también partida del hambre, sin embargo nombró una frase reveladora para la situación: "Si, se puede, si, se puede". "¿A qué te refieres?", le pregunté. "Si se puede ir al aeropuerto en bus. Uno que tiene la idea que no, pero se puede". "Claro que si. Se pueden hacer muchas más cosas de las que uno cree, solo que no lo intenta." Entonces sonreímos.
Dejamos las maletas en casa, comimos algo en Pollo Tropical, que es como un kokoriko versión cubana en sabor y estilo, y regresamos a casa. Estaba que me caía del sueño, así que me dejé arrastrar por el cansancio hasta la cama. Antes me cambié y acompañé a mi madre a rezar la novena.
Me acosté alrededor de las 8 pm. Dormí tan sólo 15 horas hasta el día de hoy a las 11:30 am. Que grata manera de descansar.
P.d: Nuevamente señalo que algunos de estos textos tienen más la intención de ejercitar la escritura como oficio y disciplina. Sin embargo guardan su semilla de revelación, por lo menos para mi.

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