31 de octubre de 2009

Mudanzas 15

1 de Mayo de 2008: Que los siga cumpliendo...

El día de ayer se realizó una celebración en honor a mi cumpleaños. Aquellos que fueron invitados tenían una tarea dividida en tres:

Llevar un objeto que les trajera un bonito recuerdo y que estuvieran dispuestos a regalarme.
Contarme en qué consideraban que había crecido en mis 27 y qué me deseaban para los 28.
Dedicarme un poema, texto, reflexión, canción, etc.
Fue una gran celebración, mi corazón palpitaba fuertemente con cada una de las entradas de las personas que asistieron. Francisco, corazón de melón, Leo, mi verso bogotano, David, cómplice de andadas, Lucía, compañera inigualable, Cesar, compañía de Leo, Johan (en alma, el cuerpo lo tenía reteenfermo y aunque estaba en el mismo piso, no conseguia moverse de su cama hasta el apartamento de Frank), Eduardo, novio de Johann, La Chica H., con su sonrisa contagiosa, Diego, amigo bailarín como trompo, importado desde cali, Julián, compañía de Diego, Diviana, amiga divina, Rene, novio de Diviana, Ruben Acero, me mata si no pongo completo su nombre, importado de Palmira, Cesar Alvarado, el hombre de empuje, Jose I, compañía de Lucía. Todos ellos en cuerpo y alma, y otros tantos a través de sus palabras, o una canción que me los recordaba, o cualquier gesto que me los evocaba, amigos de antaño, de mi Cali querido, personas de esta ciudad que aunque no estaban las tenía ahí (El Emperador de Fianot, rGrillo, SpiceBear, Corazoncito, Algodón de Azúcar, Heidi Iomara, Edward, mi madre, mi abuela, mi padrastro, Alejandra, mi hermosa hermana, entre otros).

Bueno, la noche avanzó lentamente, dejando que por cada una de las ranuras del tiempo que se iban abriendo se colara el gozo, el disfrute, la creación inevitable de recuerdos que permanecerán en el transcurrir de los días. Hice un brindis por cada uno de los que estaba ahí, por los que el día de mi cumpleaños y después me manifestaron su aprecio, esta vez he valorado más que nunca el amor con el que cada uno se ha dirigido a mi con palabras cariñosas, de festejo o de solemnidad, con las diferentes maneras que me han dicho Felicidades. He sentido que la gente que me rodea quiere lo mejor de mí y para mi, que todo el tiempo vibran para mi bienestar como yo para ellos, me he sentido en reciprocidad y eso me gusta, me maravilla, me place…

Los regalos fueron sumamente hermosos y quiero resaltar esos regalos que fueron parte de recuerdos o que fueron recuerdos en sí mismos…

Gracias Lucía – detrás de ello también se encuentra Danae, gracias también, y Carmen que lo “cabrestrió”, ah! Y doña Rosalba que lo guardó - por el afiche de Cortázar, tienes razón, lo buscamos por Florida, por Callao, por Corrientes, en toó’lao. Al fin con tu magia y a distancia – insisto las manos de Danae fueron cómplices – conseguiste que esté ahora en mi habitación y en par de días en una de las paredes. Inevitable, ese afiche sellará el recuerdo de nuestro viaje a (los) Buenos Aires.

Francisco, gracias por entregarme el corazón de Tiffany’s, que representa según tus palabras la ilusión del afecto, la fantasía del amor, supongo que es ese latir, ese sonar de trompetas, ese colorear de arcoíris las mañanas cada amanecer. Verás que el verdadero amor no me llega solo a mí, sino también a ti que estás dispuesto a su encuentro. Como dice tu Arjona, agradezcámosle a todos los de antes que te han hecho quien sos y que te han traído hasta este punto, donde un hombre maduro y pleno te hará feliz.

David, aunque no lo llevaste, el espantapájaros estuvo en mis manos, tu corazón con paja, palos y gorro, tu primer encuentro de frente con tu capacidad de amar. Gracias por ese personajillo, que aunque no lo he visto ya me parece hermoso, aquello que invoca lo espero, un amor que me sacuda, me adore también y me haga feliz como una perdiz.

Leo, verso bogotano, gracias por esa bufanda. Sé cuanto valoras esa prenda, sé cuanto valoras tus recuerdos, sé lo importante que fue el viaje a Europa, sé el afecto que debes sentir por mí para ofrecérmela sin reservas. Que lindo ver como estirabas tu brazo franco, entrega total. Cada que me la ponga me sentiré caminando con aires ajenos en mi rostro, la sonrisa de tu rostro enmarcado por esa barbita de días, será motivo de evocación.

Chica H. ese libro que te abrió puertas y te presentó un nuevo mundo lo tengo ahora en mis manos. Como decías es sencillo, de papel pardo y de tapa de cartón, es sencillo y eso lo hace sumamente hermoso. Debe haber entre sus hojas un tesoro que no alcanzo a dimensionar para que entre tapa y tapa decidas dármelo. Todo lo que viene de ti, tiene un profundo valor, sé que este obsequio no es la excepción. Lo leeré de primero porque la curiosidad me puede. Ah! Gracias por el texto de la intuición, estoy seguro que la usé al acercarme a ti. (es en este momento de mi escritura cuando el ojo se me "agua")

Diego, las fotos son mi pasión honda y tu bien lo sabes. Que hayas tomado una y me la hayas dado en ese marco hermoso –que hizo Julián -, ha sido de sumo valor. Abriste una ventana, una grieta en el tiempo, quitaste el papel tapiz sobre la pared y pude ver la ranura, asomarme a ella y volver en el tiempo en tan sólo segundos. Una imagen vale mucho más que mil palabras y esa imagen, de un cumpleaños tuyo, fue una larga carta en que me recordaste nuevamente el origen y la celebración de nuestra amistad.

Ruben Acero – he de escribir siempre el nombre completo – me diste el libro. Hace un año te lo dieron y una tras otra vez lo has leído como dijiste. Tenerlo ahora en mis manos es hermoso, sobretodo por los sitios donde dice Andrés. “Mi corazón… pegado a ti, sin opción, sin remedio”. Ese conocerme, ese comprender quien soy, resulta sencillamente lindo. Con mi propio corazón pegado a ti te digo Gracias.

José I., quedaste en mitad de tus palabras. Lo lamento, el tiempo se eclipsó con la llegada de Diviana. Tampoco tuviste la fuerza de retomar. Esperaré, tu como yo, taurinos pacientes.

Diviana, niña divina, que hermoso regalo me has dado. Un cono gigante, como el de nubeluz, relleno de 365 dulces para que cada día del año me coma uno. Te recuerda tu infancia, en la que tomabas un dulce de esos, lo metías en tu boca y el paraíso te rodeaba. No hablaste de quién te daba esos dulces, yo lo sé, y eso hace más valioso tu obsequio. Graciasss.

Ah! Y como olvidar los únicos tres que respondieron con juicio al llamado vía e-mail - hasta que no vea ese video no las meteré a ustedes, chicas -: Juan Pavis, hermoso hombre que me mostró el amor sin proponérselo, Lucho, incansable amigo con el que aún hablo por horas, y Oriana, flakis preciosa, que no podré olvidar.

A todos ellos, a los otros, a cada uno, muchas gracias, han hecho de este cumpleaños, algo inigualable... y si, como me dijeron por ahí, -gracias grillo- ¡¡¡¡esto me pasa por calabaza!!!!

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