31 de octubre de 2009

Mudanzas 19

13 de Junio de 2008: Me reencontré con Daniel

Hace dos días sucedió algo sumamente importante para mi, me reencontré con Daniel. Cada reencuentro con una persona nos evoca el volver, el cruzar de nuevo, el tomar un espacio de tiempo en la línea de la vida, dimensionar los cambios, el crecimiento, y nuevamente poner frente a frente a los mismos, o no a los mismos, porque son diferentes. Este fue el caso hace dos días.

Daniel es un joven que está por cumplir 17 años. Le conocí hace dos, fui su psicólogo y lentamente, ético o no, fui generando otro tipo de vínculo un tanto más afectivo con él. No le veía hace aproximadamente un año, un año en que me han pasado demasiadas cosas y a él también. Hablé y hablé, como nunca, como mi rol ante él no me lo permitía anteriormente, increíble como los roles terminan siendo quizá armaduras, quizá disfraces, quizá posturas. Daniel me escuchó, un poco intimidado por mis palabras, porque antes no había sido como fui, hablando de mi mismo, antes siempre evitando hablar de mi Ser. Escuchó y escuchó... y me escuché, diciendo cosas que antes no me hubiera atrevido, entre ellas anunciando mi apoyo, mi compañía, mi permanencia en su vida.

¡Que extraña idea de prolongar mi estadía en su cotidianidad!

Pero ahi estaba, diciéndolo y ahora estoy dispuesto a hacerlo... he pensado en ello, en como pasamos diciendo tanto y haciendo poco, un porcentaje mínimo de lo que anunciamos... por ello me dispongo a hacer, no sólo con Daniel, conmigo, con los otros, con mis días.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Porque siempre se tendrá algo por decir... no?