30 de octubre de 2009

Mudanzas 6

14 de abril de 2008: En la esquina desconocida...

Viene entre la bruma de la memoria este verso:

“I know by now that you'll arrive
by the time I stop waiting”

Björk, I miss you, Post.

(http://www.azlyrics.com/lyrics/bjork/imissyou.html)

Hablaba con el hombre del perro por teléfono, hace días no lo hacía. Cumplió años y mi mente traviesa y un tanto desordenada de estos días pasó por alto la fecha. Él mismo me avisó al respecto, dos días después de su feliz día me mandó un mensaje al celular “Amigo esperé hasta los últimos segundos del día de mi nuevo año pero creo que no siempre estarás. Además creo que se te olvidó por muchas razones pero y todo así, te quiero, M”. Me sentí profundamente avergonzado, no me había sucedido algo así en muchos años y justo con él me vino a pasar, con él que hacía poco me había dado una diatriba de mi “nueva vida” y lo mucho que había cambiado, justo con el menos indicado cometía el error del olvido – ni tan casual ha de ser -.

Bueno decía que hablaba con él:

- He estado triste.

- Ay, amigo.

- Sip, hace casi tres años no tenía que decir adiós.

- Pero vas a estar bien.

- Lo sé. Es sólo que redescubre uno lo rico que se siente ser bien tratado por alguien que te quiere. Ser querido y querer.

Recuerdo a mi jefa hablando de Lucía y sus últimos aconteceres afectivos:

- Tan rico que es estar en esos primeros momentos del amor. ¿No es cierto?

- Aja – le digo. Y ella sin comprender continúa.

- Cuando uno se está conociendo y espera ansiosa una llamada, un mensaje, la próxima cita. Conocerse de a poquitos pero sabiendo que hay algo entre las dos personas. – con un tanto de humor le digo.

- Si, claro, apenas el tema para mí, D. Estoy en un momento muy apropiado para hablar de ello.

- Ay, Andrés, pero piénsalo bien, estas experiencias te preparan para recibir mucho mejor al hombre que si va a estar a tu lado por mucho tiempo.

- Pues fuera de pensarlo como un consuelo, tienes razón. Va uno madurando, creciendo y paradójicamente estoy más abierto de brazos que nunca para identificar el amor, recibirlo y ofrecerlo. Ya veremos.

Y mientras miramos a lado y lado de la séptima para cruzarla, o hablo por teléfono con el hombre del perro que se encuentra en la Ciudad Voluptuosa, en algún lugar de esta Ciudad del Caos, un hombre me imagina, me dibuja en el día y retoca en las noches, deseando igual que yo, el cruce de nuestras miradas en alguna esquina anónima. ¿Dónde estará (s)? ¿Cuándo estará (s)?

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